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En lo referente a la llamada cuarta petición; danos hoy nuestro pan de cada día, desde las primeras traducciones ha sido difícil interpretar la palabra griega ἐπιούσιον «epiousion».
Esta oración es una de las más importantes en la fe cristiana. Nos enseña a pedirle a Dios por nuestro sustento diario, por su voluntad en nuestras vidas y por su protección contra el mal.
La interpretación en latín del Padrenuestro se conoce como “Pater Noster”. Esta oración es una de las más antiguas en latín y ha sido recitada durante siglos por los cristianos de habla latina.
Al pedir ser liberados del Maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las desdichas del mundo. Con la liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso de la paz y la Gracejo de la prórroga perseverante en el retorno de Cristo.
El pan de cada día es tanto el alimento material como el espiritual. En su dimensión material, pedimos que todos y cada unidad de los hombres puedan ceder a su comida diaria.
Habéis audición que se dijo: Ojo por orificio y diente por diente. Pues yo os digo que no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale igualmente el estrato; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y no vuelvas la espalda al que desee que le prestes poco.
La forma en que se recitaba el Padrenuestro antiguamente igualmente variaba según la época y el lugar. En algunos casos, se recitaba en voz incorporación por toda la congregación, mientras que en otros, se recitaba en afasia por el sacerdote o por individuos que oraban en privado.
Esta última forma de referirse a Dios Padre podía llegar a sonar íntima o familiar y ser considerada una desidia con respecto al modo correcto de reverenciar a Dios.
La santificación del Nombre está asociada a la Chispa santificante del bautismo y el sacramento de la reconciliación. Esta primera petición del Padre Nuestro exige para el cristiano guiarse por las palabras de Levítico 20, 26: «Sed santos porque yo soy santo».
En la Iglesia primitiva el rezo del padrenuestro estaba reservado para el momento cumbre de la celebración, que en el catolicismo y en otras denominaciones cristianas se conoce como misa. Era precedido por fórmulas que padre pío oracion señalaban su respeto. Estas fórmulas han sido heredadas por distintas Iglesias en sus liturgias actuales: en la liturgia de la Iglesia oriental se dice como introducción: «Dígnate, oh Señor, concedernos que gozosos y sin temeridad, nos atrevamos a invocarle a ti, Dios celestial, como a Padre, y que digamos: Padre nuestro.
La oración es una cuchitril fundamental en la vida de cualquier cristiano. Orar es hablar con Dios y la comunicación es esencial para que exista una relación.
Otro aspecto importante de la forma en que se recitaba el Padrenuestro antiguamente Cuadro la postura. En algunos casos, los fieles se arrodillaban mientras recitaban la oración, mientras que en otros, permanecían de pie o se sentaban.
De ser la palabra “epiousios” palabra elegida por el Espíritu Santo para inspirarla en y para la Sagrada Escritura, ¿acaso pueda interpretarse como “signo” que señala cerca de la filosofía griega desde los orígenes de la Iglesia, como efectivamente fue aparato humano para los primeros Padres Apologetas?
Jesús recomienda orar en íntimo, secreto, individual, reservado, personal, y con sencillez, y les ofrece el padrenuestro como ejemplo de oración sencilla para dirigirse al Padre.
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